La máquina del tiempo

Desde que conocí la obra del escritor de ciencia ficción (género al que soy muy aficionado) H. G. Wells, uno de los libros que más he buscado en los últimos años ha sido "La máquina del tiempo". En el pasado Rastrillo de Aragón, encontré casualmente y a 2 euros un ejemplar de este tesoro. Quizás otro día cuente la aventura de hacerme con él pero hoy, habiendo terminado de leerlo, quisiera comentar alguna de las impresiones que me ha causado.
Quizás algunos no sepan que este libro escrito en 1895 narra el increíble vieja de un científico que habiendo construido él solito una máquina del tiempo viaja hasta el año 802.701 de nuestra era donde encuentra un mundo extraño y una humanidad socialmente muy diferente.

El libro plantea dos aspectos importantes de la humanidad. La primera es el camino que hemos de tomar y de nuestra existencia efímera en el universo y la segunda es más de cuestión evolutiva.
El viajero del tiempo de esta novela conoce primero a los Eloi, descendientes de la especie humana, unos seres bellos, infantiles abandonados al juego y a los placeres sencillos de la vida. El autor, a través del protagonista plantea que tras la consecución por parte del Hombre (como especie) del bienestar total y tras una etapa de disfrute del mismo, se sume en un proceso de candorosa decadencia y esta ausencia de cambios, amenazas conlleva a una ausencia de inquietudes y finalmente a una ausencia de inteligencia. Así, el viajero del tiempo, se encuentra a los Eloi, una especie humana, bella pero sin fuerza física, ni voluntad y en un estado de niñez continuo y con una inteligencia primitiva.
Hay una frase muy buena que describe este aspecto, y que es la siguiente; "...No hay inteligencia allí donde no hay cambio ni necesidad de cambio...".

Esto me lleva a pensar en ello y trasladarlo al mundo del arte, y he comprobado (aunque otros ya lo hayan hecho antes) que las épocas de esplendor del arte se han dado en épocas revolucionarias, al menos en los dos últimos siglos. Cuando no hay necesidad de revolución, el arte entra en una fase de autocomplaciencia y en mi opinión y en rasgos generales, este, pierde calidad. Sin necesidad de revolución (entiéndase como cambio necesario y súbito) no hay necesidad de expresión y por lo tanto el arte no evoluciona, puesto que, no se si se habrán fijado, el poder establecido o a corriente mayoritario adopta como oficial el arte de la última revolución, con lo que los contestatarios han de dar un paso más y buscar nuevas formas y estilos de expresión para desmarcarse.
No olviden que la crisis significa renovación. ¿Es posible que este periodo de dos o tres años (en el mejor de los casos) de crisis financiera y posiblemente social de paso a una evolución del arte y a una etapa de esplendor?

Ojalá